¿Conoces la tronca de Navidad?

Tronca de Navidad
Tronca de Navidad

La tronca de Navidad es una antigua tradición aragonesa. El tronco más grande de la leñera se guardaba especialmente para esta fiesta.

La tronca de Navidad solía estar hueca para poder dejar los regalos en su interior el día de Nochebuena. Se seleccionaba un tronco de madera de gran tamaño y especialmente llamativo para que destacara sobre los demás en la hoguera. Una vez escogido, se decoraba y se cubría con una manta con el fin de esconder los secretos que guardaba.
 
Después se colocaba en un lugar destacado de la casa, y tras la bendición, llegaba el momento de pedir. Los niños daban unos golpes a la tronca con la mano o con un palo, mientras recitaban unas líneas a modo de conjuro, siempre con el objetivo final de que el tronco les concediera sus deseos, que llegaban en Nochebuena. «Buen tizón, buena brasa, Dios bendiga a todos los miembros de esta casa» o «Yo te bendigo en el nombre de Dios y en el del niño Jesús que va a nacer esta noche» eran algunas de las frases que se recitaban.
 
El fuego era el principal protagonista del ritual. De hecho, la tronca se mantenía en el fuego hasta el día de Reyes, quemándose poco a poco. A las cenizas se les daba un efecto fertilizante y se esparcían sobre el campo. El trozo de la tronca que no se quemaba se guardaba para que protegiera el hogar de los rayos e inclemencias del tiempo.
 
Aunque en menor medida que antaño, todavía hay mucha gente que conserva esta tradición. En la actualidad, los grandes protagonistas de este momento tan especial son también los más pequeños de la casa, que mantienen viva la ilusión. Se trata de un acto tradicional que provoca alegría y mantiene la magia de la Navidad en niños y mayores.
 
Foto: Ester Oro
 
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