SENDERISMO POR EL PIRINEO: VÍA PECUARIA DE LA SOLANA – VALLE DE VIÓ

La antigua cabañera que une Torrecilla de Valmadrid (Zaragoza) con el Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido tiene una distancia de más de 200 km. y su parte final, entre las poblaciones de Lacort y Fanlo, constituye la vía pecuaria La Solana-Valle de Vió.

Hasta el siglo pasado y desde la prehistoria, la trashumancia ha sido el principal medio de vida en el Pirineo aragonés. Con la llegada del verano, los ganados ascendían en busca de pastos desde la tierra llana a los puertos pirenaicos, haciendo uso de las rutas cabañeras. Estos caminos, especialmente reservados al ganado trashumante, constituían a su vez unas vías de comunicación de gran importancia.
 
La antigua cabañera que une Torrecilla de Valmadrid (Zaragoza) con el Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido tiene una distancia de más de 200 km. y su parte final, entre las poblaciones de Lacort y Fanlo, constituye la vía pecuaria La Solana-Valle de Vió. Este último tramo fue recuperado hace unos años como ruta temática por el Gobierno de Aragón y ahora puedes recorrerlo a pie o en bicicleta de montaña disfrutando de algunos de los paisajes más espectaculares del Pirineo. Senderos, muros, fuentes, abrevaderos y casetas fueron rehabilitados y acondicionados con una señalización informativa que nos describe cuanto vemos y nos da a conocer algunos aspectos de la vida y costumbres de los pastores trashumantes y su relación con el entorno.
 
Entre los espacios acondicionados se encuentran también el Mirador de la Rayuala y el de Cuello Burgasé, situados ambos en puntos estratégicos de la ruta que ofrecen excelentes panorámicas de los valles de La Solana y Vió, así como de las hermosas cumbres del Parque Nacional.
 
El valle de La Solana se encuentra a orillas del Ara, el último gran río pirenaico que discurre en libertad. Un total de catorce pequeñas aldeas llegaron a configurar el poblamiento de este valle, actualmente casi deshabitado. El valle de Vió, bañado por el río Aso, se encuentra entre el valle de La Solana y el de Ordesa, incluyendo en su territorio el Cañón de Añisclo. Aunque también ha sufrido el despoblamiento, cinco de sus nueve poblaciones todavía conservan población estable. Por ambos valles llegaron a pastar hasta 30.000 ovejas que subían a los puertos a mediados de verano y marchaban a principios de otoño.
 
La organización de este territorio y las costumbres de sus gentes han girado desde antaño alrededor del pastoreo, quedando de manifiesto en el paisaje y en el patrimonio construido. Un recorrido por esta ruta temática nos introduce en el conocimiento de un legado de gran valor cultural y etnográfico que atesora además un paisaje de excepcional riqueza.
 
Si te animas a recorrerla este verano, has de saber que el camino no tiene pérdida, pero su grado de dificultad es medio – alto debido a su longitud, de casi 23 km. Puedes consultar todos los detalles en senderosturisticos.turismodearagon.com.
 
Foto: Castellar (Sergio Valdivielso)
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