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El legado andalusí en Aragón

Con los cinco sentidos
Ruta 2. Wasqa. Territorio de frontera
Ruta

Ruta 2. Wasqa. Territorio de frontera

Cinco rutas del legado andalusí en Aragón.
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Etapa 1 De Alberuela a Piracés

En la localidad de Alberuela de Tubo se encuentra un castillo andalusí excavado en la roca, que servía como destacamento defensivo para proteger la ciudad de Huesca. Aún se pueden apreciar restos de sus murallas, estancias talladas directamente en la roca y un aljibe que garantizaba el suministro de agua a la guarnición. Siguiendo esta línea defensiva, en Usón se conservan dos enclaves militares estratégicos: la Iglesieta y otra plaza fortificada situada en el peculiar paraje geológico de los Torrollones de la Gabarda, ambos formando parte del cinturón defensivo de Wasqa. Más allá de las fortalezas, la Alquería de Las Sillas en Marcén representa un testimonio del mundo rural andalusí, donde pequeños asentamientos agrícolas contribuían a la fijación de población en el entorno de Huesca. Este yacimiento arqueológico, convertido en un museo al aire libre, permite conocer cómo era la vida cotidiana de estos núcleos hasta su abandono en el siglo XII. Por su parte, en Piracés, sobre la Peña Mediodía, se alzaba un hisn andalusí conocido como Bitra-Sily, fundado en el siglo IX sobre un inexpugnable espolón de arenisca. Estas construcciones, clave en la estrategia militar de al-Ándalus, conformaban un complejo sistema de defensa que protegía Huesca de posibles incursiones enemigas, y cuyos restos nos permiten hoy comprender mejor la historia medieval de la región.

Etapa 2 Huesca andalusí

La antigua Huesca tuvo una muralla de época romana y otra de mayor longitud que se construyó entre los años 874 al 879 por orden del emir Muhammad I. Hay un tramo excelentemente conservado en la ronda de Montearagón y para muchos investigadores la actual torre del posterior Palacio Real sería la antigua Zuda andalusí. Una sala de la Catedral de Huesca sigue estando presidida por el único púlpito mudéjar que se conserva en Aragón.

El Museo Provincial exhibe uno de los hallazgos más excepcionales es el Tiraz de Colls, descubierto en 1978 en la ermita de Colls, Huesca. Este fragmento de tejido de seda verde, decorado con geometría y escritura cúfica, es una prenda de distinción usada por califas, y es el único textil andalusí conservado en Aragón. Además también se muestra una destacada colección de cerámicas andalusíes, estas piezas, tanto humildes como exquisitas, provienen de las excavaciones de la Alquería de Las Sillas y los castillos de Alberuela de Tubo o el de los Zafranales que defendió Fraga hasta su conquista en 1149.

Etapa 3 Torres andalusíes

En el término de Lupiñen, la Torre de Rosel, de origen andalusí, permitía controlar los llanos de La Sotonera y el valle del río Gállego, siendo la única torre circular conservada de esta época en la región. Su ascenso ofrece vistas espectaculares y la oportunidad de conocer un enclave defensivo único. Siguiendo la red de vigilancia andalusí, la Atalaya de Tormos es otro punto estratégico que evidencia la importancia de la comunicación visual entre fortificaciones, ya que desde su posición elevada se pueden conectar visualmente con otras torres cercanas. Una de ellas es la Torre de San Mitiel, situada en Loscorrales, de la cual solo se conserva su base construida con sillares perfectamente escuadrados, posiblemente reutilizados de una edificación romana. Estas torres formaban parte de un complejo sistema de control territorial que garantizaba la seguridad en los alrededores de Huesca, aprovechando el relieve para la defensa y la vigilancia.

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