Jiloca y entorno de la sierra de Albarracín

Te proponemos una ruta por el valle del río Jiloca, situado a medio camino entre Zaragoza y Teruel, limitando al sur con la sierra de Albarracín.

Aquí podrás seguir la pista de Rodrigo Díaz de Vivar, que cabalgó por estas tierras en el siglo XI hacia su nuevo destino, huyendo de Castilla. Localidades como El Poyo del Cid y Monreal del Campo fueron testigo de sus hazañas. En esta última, seguramente, el Cid se dejó cautivar por el olor del azafrán, cuyo cultivo tiene aquí una gran tradición. La calidad del que se produce en estas tierras es tal que está considerado como uno de los mejores del mundo. No te vayas sin visitar el Museo del Azafrán ni el sugerente paraje de los Ojos del Jiloca, una red de manantiales que dan vida al río.

A no muchos kilómetros encontrarás, asentada sobre una impresionante roca, una fortaleza que no pasa inadvertida. Nos referimos al castillo de Peracense, uno de los más bellos y mejor conservados de Aragón. Su singular color rojizo hace que se mimetice con el paisaje.

En Caminreal podrás de conocer cómo era la vida en este territorio hace 2.000 años gracias al yacimiento arqueológico de La Caridad y el Centro de Interpretación de la Cultura Romana.

Pero volvemos lo gastronómico porque en Calamocha, además de disfrutar de sus palacios de estilo aragonés y su bello puente de época romana, podrás degustar uno de los productos con Denominación de Origen de Aragón: el Jamón de Teruel. 

Continúa el curso del río, que atraviesa otro precioso puente romano, el de Luco de Jiloca, y admira las singulares torres mudéjares de Báguena, Burbáguena y San Martín del Río.