Erla

La buena situación geográfica equidistante a sesenta kilómetros de Zaragoza y de Huesca y la calidad de las comunicaciones constituye un elemento favorecedor de su desarrollo, al tiempo que configura un importante patrimonio natural en cuanto a paisaje (río Arba, las sierras exteriores, el prepirineo…),  a calidad ambiental y oferta turística.

La villa fue una de las varias que repobló Sancho Ramírez entregando su iglesia al Monasterio de San Juan de la Peña en 1092. Señorío de los Condes de Luna y plaza fortificada rodeada de muralla de la que aún quedan algunos restos en el actual casco urbano. Posteriormente fue señorío de la familia López de Gurrea, periodo durante el cual probablemente fuera construida la Torre del señorío.

La torre del señorío de Erla es una de las más notables que existen en la provincia. Puede considerarse el prototipo de estas edificaciones que con carácter de residencia del señor del lugar eran levantadas por los nobles con doble función de habitación y punta fuerte en el que apoyar la defensa de la propiedad. Construida en piedra y de planta rectangular, está dividida en dos crujías con sendas bóvedas de crucería, que se repiten en sus dos plantas. La planta superior en una amplia sala cubierta por dos bóvedas de crucería e iluminada por dos ventanas geminadas con parteluz y tracerías góticas.

Te gustará visitar la iglesia de Santa María, de planta románica, con ábside poligonal y con elementos del gótico primitivo. Construida con piedra de sillería, tiene una interesante portada de arco apuntado, ligeramente abocinado aunque muy erosionada. Conserva los retablos de la Virgen de la Corona y el de San Juan Bautista.

En el término municipal se encuentran los castillos de Santia y de Paúles, dentro del término municipal, ambos son de propiedad privada.

Del Castillo de la Corona solo perduran dos torreones rectangulares de argamasa.

No dejes de visitar la casa natal del tenor Aramburu, nacido en 1840.